Prodigy-Man: La primera vez que ví a un superhéroe
Por Xavier Cristóbal
Un viento muy cortante obligaba a todo el mundo a ir enmascarado con gorros y bufandas hasta los ojos. Era el precio que había que pagar por subir al Tibidabo para ver Barcelona en un día tan feo como aquel. Antonio De la Vaca –“Toñito” para sus amigos- quería enseñar la ciudad a su novia, Marisol, desde el sitio más alto de Barcelona. El amor de la pareja era tant fuerte que no les importó que los nubarrones amenzaran constantemente con llover o nevar. Las previsiones más pesimistas auguraban nieve por encima de los 200 metros. Un mes antes, Antonio hubiera invitado a su novia a ver Barcelona desde un helicóptero, pero se acababa de quedar sin su trabajo de ejecutivo de ventas y dicidieron dejar el helicóptero para cuando volvieran los buenos tiempos. La pareja se acercó hasta unos prismáticos que había en el mirado. Antonio echó una moneda e hizo un además caballeroso para que su novia mirase primero.
-¿Qué ves?... ¿A dónde estás apuntado? –Preguntó Antonio.
-No veo nada –Protestó Marisol.
-¿Has enfocado bien?
-¡Un momento!... ¡Ahora! ¡Ahora ya veo bien!... Espera… voy a buscar… ¡Ahí está! ¡La Sagrada Familia!
-Déjame ver… -dijo Antonio.
De repente.
-¡Cielo Santo!... ¿Has visto eso Tonito?
Marisol no tuvo respuesta. Se incorporó y vio a Antonio y las pocas personas que había allí en ese momento mirando fíjamente hacia el cielo.
-¿Toñito?... ¿Lo has visto?
Antonio bajó la mirada lentamente hacia Marisol sin dejar de mirar de reojo hacia el cielo.
-Lo he visto… pero… no puede ser… -alcanzó a decir Antonio.
-¡Era como uno de esos cómics que todavía sigues leyendo! –sentenció Marisol.
Antonio dejó de mirar de reojo al cielo y centró la mirada en Marisol y explotó de alegría.
-Cariño… ¡Los superhéroes existen!
Antonio abrazó a Marisol como si fuera un oso. Ella todavía estaba reaccionando ante lo que había visto a través del prismático. ¡Un hombre encapuchado había pasado volando por encima de la Sagrada Familia!
DOS MESES DESPUÉS
Antonio estaba acabando de preparse una hamburguesa de tres pisos cuando decidió que era un buen momento para ver un capítulo de su serie favorita. La puso a descargar en internet para verla online. Mientras el ordenador iba descargando el capítulo, Antonio encendió la televisión y se puso a hacer zapping. Segundos más tarde se tuvo en la UNN. Estaban retransmitiendo un discuros del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama.
-El mundo necesita esperanza y yo quiero que todos juntos construyamos esa esperanza. Por esta razón, quiero invitar a ese superhombre de Barcelona que forme parte de esa esperanza. Me gustaría hablar con él
Entonces se produjo un corte de luz y Antonio se quedó sin ver cómo proseguía el discurso. También se interrumpió la descarga del capítulo en internet. Se comió la hamburguesa a oscuras. Esperó unos minutos y como no volvía la luz se fue a dormir, imaginando cómo un superhombre podría ayudar a mejorar el mundo.
NOVELAS / NOVELS
Por Xavier Cristóbal
Un viento muy cortante obligaba a todo el mundo a ir enmascarado con gorros y bufandas hasta los ojos. Era el precio que había que pagar por subir al Tibidabo para ver Barcelona en un día tan feo como aquel. Antonio De la Vaca –“Toñito” para sus amigos- quería enseñar la ciudad a su novia, Marisol, desde el sitio más alto de Barcelona. El amor de la pareja era tant fuerte que no les importó que los nubarrones amenzaran constantemente con llover o nevar. Las previsiones más pesimistas auguraban nieve por encima de los 200 metros. Un mes antes, Antonio hubiera invitado a su novia a ver Barcelona desde un helicóptero, pero se acababa de quedar sin su trabajo de ejecutivo de ventas y dicidieron dejar el helicóptero para cuando volvieran los buenos tiempos. La pareja se acercó hasta unos prismáticos que había en el mirado. Antonio echó una moneda e hizo un además caballeroso para que su novia mirase primero.
-¿Qué ves?... ¿A dónde estás apuntado? –Preguntó Antonio.
-No veo nada –Protestó Marisol.
-¿Has enfocado bien?
-¡Un momento!... ¡Ahora! ¡Ahora ya veo bien!... Espera… voy a buscar… ¡Ahí está! ¡La Sagrada Familia!
-Déjame ver… -dijo Antonio.
De repente.
-¡Cielo Santo!... ¿Has visto eso Tonito?
Marisol no tuvo respuesta. Se incorporó y vio a Antonio y las pocas personas que había allí en ese momento mirando fíjamente hacia el cielo.
-¿Toñito?... ¿Lo has visto?
Antonio bajó la mirada lentamente hacia Marisol sin dejar de mirar de reojo hacia el cielo.
-Lo he visto… pero… no puede ser… -alcanzó a decir Antonio.
-¡Era como uno de esos cómics que todavía sigues leyendo! –sentenció Marisol.
Antonio dejó de mirar de reojo al cielo y centró la mirada en Marisol y explotó de alegría.
-Cariño… ¡Los superhéroes existen!
Antonio abrazó a Marisol como si fuera un oso. Ella todavía estaba reaccionando ante lo que había visto a través del prismático. ¡Un hombre encapuchado había pasado volando por encima de la Sagrada Familia!
DOS MESES DESPUÉS
Antonio estaba acabando de preparse una hamburguesa de tres pisos cuando decidió que era un buen momento para ver un capítulo de su serie favorita. La puso a descargar en internet para verla online. Mientras el ordenador iba descargando el capítulo, Antonio encendió la televisión y se puso a hacer zapping. Segundos más tarde se tuvo en la UNN. Estaban retransmitiendo un discuros del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama.
-El mundo necesita esperanza y yo quiero que todos juntos construyamos esa esperanza. Por esta razón, quiero invitar a ese superhombre de Barcelona que forme parte de esa esperanza. Me gustaría hablar con él
Entonces se produjo un corte de luz y Antonio se quedó sin ver cómo proseguía el discurso. También se interrumpió la descarga del capítulo en internet. Se comió la hamburguesa a oscuras. Esperó unos minutos y como no volvía la luz se fue a dormir, imaginando cómo un superhombre podría ayudar a mejorar el mundo.
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